El uso de microorganismos benéficos para la agricultura implica varios desafíos. Por un lado, la caracterización microbiana de las propiedades de interés (promoción del crecimiento, control biológico de insectos plaga, antagonismo de patógenos vegetales) por otro, los procesos de obtención como las formas de producción masiva, cosecha, escalado, formulación y aplicación de los microorganismos a los cultivos agrícolas. En particular, las condiciones ambientales (temperatura, humedad, radiación UV) a las que los microorganismos pueden verse expuestos en determinadas ocasiones representan un riesgo para su sobrevivencia y por tanto su efectividad. En este sentido una formulación apropiada de hongos y bacterias, para su uso como bioinsumos agrícolas, es fundamental para minimizar las pérdidas de viabilidad durante los procesos de producción, almacenamiento y finalmente luego de la aplicación frente a las condiciones ambientales. Recientemente, finalicé mis estudios de doctorado basados en la caracterización fenotípica y molecular de hongos endofíticos entomopatógenos con potencial de promover el crecimiento vegetal y el control biológico de insectos plaga y patógenos vegetales. Estos estudios permitieron determinar la capacidad de colonización rizosférica y endofítica cuando son aplicados en recubrimientos de semillas, su comportamiento en presencia de larvas de suelo o de fitopatógenos, así como verificar la inducción de hormonas vegetales. Además, condujeron a la línea de investigación que impulso, centrada en el desarrollo de bioinsumos multifuncionales de uso agrícola. Varios de los microorganismos cumplen más de una función en la naturaleza, y pocos desarrollos comerciales hacen uso de esta capacidad. El género fúngico Metarhizium es usado mayoritariamente como bioinsecticida, sin embargo, es capaz también de persistir asociado a las raíces donde cumple funciones de promoción del crecimiento vegetal y de antagonismo de otros fitopatógenos. Los bioinsumos multifuncionales en recubrimientos de semillas también pueden contener más de un microorganismo, y en particular en la soja el uso de rizobios está muy extendido, y por tanto determinar la compatibilidad y complementariedad entre microorganismos es esencial. En esta línea, la optimización fisiológica de los microorganismos para que puedan soportar mejores condiciones de estrés o la producción de estructuras de resistencia como los microesclerocios son otras áreas que estudio. Finalmente, el desarrollo de biopolímeros que puedan ser usados en recubrimientos de semillas que incorporen a los microorganismos, o su encapsulamiento son líneas de investigación que también desempeño sobre la formulación de los bioinsumos y en colaboración con otros grupos.